Lo primero es que la persona esté muy cómoda y tranquila.
Hay que explicarle lo que se va a hacer en la sesión paso a paso, aclarar todas sus dudas.
Es muy importante que la persona quiera llevar acabo dicha sesión y que tenga el estado de ánimo adecuado, que quiera recuperarse.
Hay que estar tumbado en la cama, en un sofá
en un sillón o donde más cómodo le resulte.
Hay que ir al baño antes de la sesión y procurar no pasar frío ni calor, no tener tos ni nada que pueda interrumpir la sesión.
Apagar timbres o cualquier otro sonido. Evitar que las mascotas puedan entrar en la habitación.
La luz debe ser tenue. Hay que utilizar una música agradable de
fondo.Es en este momento cuando comienza la inducción.
Poco a poco la persona va entrando en trance. Utilizando diferentes técnicas de
inducción se busca siempre la que mejor le pueda funcionar a cada
persona.
Después viene la relajación progresiva en la que el sujeto va relajando cada parte de su cuerpo.
De los pies a la cabeza. Se le va indicando poco a poco como hacerlo y el solo tiene que hacer lo que se le va diciendo.
Después viene la fase del tratamiento que será distinto para cada
persona en función de lo que le ocurra y lo que quiera conseguir
con la hipnosis.
Por último se le ayuda a salir de ese estado hipnótico.